El profesor ha declarado que puede que algún día le suceda algo, sin embargo nunca ha tenido miedo de meterse al río. Está consiente de los riesgos, pero asegura que desde pequeño nadaba en ese río y está familiarizado con él.
Sus alumnos lo admiran e incluso lo ven como un ejemplo a seguir. Se ha convertido en consejero para ellos y hasta los ha enseñado a nadar, pues los ha llevado al río a limpiarlo juntos y les crea conciencia de la importancia de la naturaleza.
El 3 de octubre del año pasado recibió una condecoración por parte del Cómite del Congreso del Distrito como reconocimiento a su labor.
“Cuando llega a la orilla del río saca su ropa de una bolsa, se viste y nos da clase. Además de natación, también recibimos consejos del señor Abdul sobre cómo llevar una vida saludable”.
– Alumno
Con sólo un flotador y una bolsa con sus pertenencias, día a día recorre las aguas del Kadalundipuzha, no importa si es invierno o verano, él lo hace. Un doctor de Inglaterra le donó un bote de fibra de vidrio para cuando sea mayor y ya no pueda nadar.